domingo, 14 de noviembre de 2010

El Imperio

El Imperio comenzó en el año 27a.C al darle a Octavio el título de Augusto. En esta época  bajo el mantenimiento de las formas republicanas, se va avanzando paulatinamente a un sistema de poder monárquico y militarista.
Octavio Tenía potestad censoria, que le permitía confeccionar la lista de los senadores, y contaba con la auctoritas, por la cual auxiliaba a todos los demás funcionarios. Así dirigía la política exterior, dictaba normas, llamadas constituciones imperiales, acuñaba moneda y proponía candidatos para las magistraturas (que van desapareciendo, a medida que sus funciones van a ir desempeñándose por nuevos funcionarios designados por el emperador).
Los Comicios prácticamente desaparecieron, adquiriendo el Senado, potestad legislativa, además de elegir a los magistrados. Su función se vio reducida a consagrar, por aclamación, al Emperador y los magistrados, con un carácter de mero formalismo.
A este periodo se le conoce con el nombre de ALTO IMPERIO. Después de Augusto hubo cuatro dinastías más: la de los Julio-Claudios(la formaban los sucesores de Augusto), la de los Flavios, la de los Antoninos y la de los Severos.
Todos gobernaron con un poder casi absoluto, basado fundamentalmente en el ejército. Las fronteras del imperio se siguieron expandiendo, anexándose, Mauritania, en el norte de África en el año 37, Inglaterra en el año 84 y Dacia.
La máxima extensión del Imperio fue alcanzada con Trajano, quien venció a los partos y conquistó en el año 117, Armenia y la Mesopotamia.
Las distintas provincias incorporadas a la dominación romana se dividieron en senatoriales e imperiales. Las primeras, estaban bajo la administración del Senado, siendo las ya pacificadas. Las segundas, estaban bajo el control del Emperador, que designaba a sus gobernantes. Allí se encontraban las legiones.
Al estar dividida la potestad provincial entre el Príncipe y el Senado, se ha hablado de una diarquía (en griego: dos poderes soberanos). Sin embargo, al ser el Emperador el que otorgaba la función senatorial, lo controlaba.
Con la muerte de Alejandro, en el año 235, terminó la dinastía de los Severos, y el imperio se sumergió en la anarquía. El gobierno en muchos casos, estuvo a cargo de jefes militares.
BAJO IMPERIO comienza con Diocleciano, que gobernó entre los años 284 y 305, estableciendo el sistema de la tetrarquía y pacificando el territorio. El imperio fue dividido en una zona occidental, bajo su gobierno, y en otra oriental, a cargo de Maximino, ambos con el título de Augustos, pero eligiendo un César, cada uno, configurándose cuatro poderes imperiales.
Luego de veinte años de gobierno o a causa de su muerte, los Augustos eran reemplazados por los Césares, que a su vez, elegían sus Césares.
Aumentó la burocracia y la centralizó. Acrecentó, al subdividirlas, el número de provincias, todas dependientes del Dominus, agrupadas en diócesis gobernadas por vicarios.
Con Constantino se divide el Imperio, para su mejor gobierno, en cuatro prefecturas: Oriente, Iliria, Italia y las Galias.
En el año 395, Teodosio I, divide el Imperio entre sus dos hijos: Honorio, a quien le correspondió el imperio de Occidente, con capital en Roma y Arcadio, a quien le correspondió el de Oriente, con capital en Constantinopla.
En el año 476, el Imperio de Occidente, cayó en poder de los pueblos bárbaros. El de Oriente, más sólido económicamente, subsistió hasta 1453, en que Constantinopla cayó en poder de los turcos otomanos.

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